La iniciativa de mantener el crudo en el subsuelo requería de un fideicomiso como herramienta para, entre otros objetivos:
1. garantizar el uso de los fondos apegado a principios ambientales
2. garantizar que futuros gobiernos no exploten estos campos y
3. mantener la propuesta por fuera de los mecanismos de mercado de carbono.
Ahora el gobierno amenaza con iniciar la explotación petrolera del ITT en el mes de junio, a pesar de que se estaría violando más de 20 artículos de la Constitución de la República, entre los que se encuentran:
Art. 407 que prohíbe actividades petroleras en áreas protegidas
Art. 57 que protege a los pueblos en aislamiento voluntario, y
Art. 414 que obliga a impulsar medidas de protección frente al cambio climático.
También organizaciones y comunidades locales han rechazado estas operaciones petroleras.
Finalmente, la comunidad nacional e internacional respalda la iniciativa de no explotación del crudo del Yasuní y han habido importantes ofrecimientos de contribuciones económicas por parte de gobiernos, instituciones y personas.
Si la iniciativa fracasa no es por el falta de apoyo, es por falta de voluntad política del gobierno del Ecuador.
Qué podemos y debemos hacer ahora?
No explotar el Yasuní… con nuestros propios esfuerzos.
Yasuní debe vivir, ¡es nuestro paraíso!
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